The Second Law, el ¿decepcionante? álbum homenaje de Muse

Posted by Toni Mumford | Posted in | Posted on 15:02

Ha quedado demostrado a lo largo de su carrera que Muse es un grupo ambicioso, sin tapujos, valiente, que no teme burlarse de un programa que le obliga a hacer Playback. Un grupo que, en estos tiempos, cuesta y mucho de encontrar. 
Todo esto deriva en que no tienen ningún reparo para reinventar su sonido a cada nuevo álbum. Esa es una de mis debilidades, que los grupos no se estanquen. ¿De qué sirve sacar un álbum que suene igual que el anterior una vez tras otra? 
La jugada te puede salir bien o mal, y a los que llevamos tiempo siguiendo a este grupo estamos de acuerdo en que los dos últimos álbumes no están a la altura de lo que realmente han sido. 
Pero oye, están captando nuevos fans, se están dando a conocer en otros estilos de música y están alcanzando una popularidad asombrosa, pues son uno de los grupos de moda. Por tanto, no se puede decir que les esté saliendo demasiado mal.


He de reconocer que las primeras escuchas de The Second Law me dejaron un poco frío, y con el tiempo tampoco va camino de convertirse en uno de mis álbumes preferidos. 
Pero según vas escuchando te das cuenta de que quizá Muse iba más allá de sacar un disco más a la venta. Quizá intentaban dar otro mensaje. 
No confundir el título de la entrada con un homenaje a Muse. Es un homenaje de Muse. Un tributo a sus bandas favoritas y que más le han influido. Algo parecido a lo que hace Dream Theater en todos sus álbumes.
¿Qué mejor agradecimiento que sacar un álbum que suene como esas bandas que te han influenciado y que, sin ellas, no estarías donde estás? 
The Second Law es una ofrenda a bandas como Queen, U2, Red Hot Chilli Peppers, Led Zeppelin, Depeche Mode, David Bowie... Desde luego que el detalle es original.

Con Supremacy empieza el álbum, banda sonora de la última película de James Bond. Una canción rockera, potente. La guitarra y la batería dan comienzo al tema con contundencia, a la espera de que se sume un sonido más orquestal. 
La voz de Matt Bellamy no tarda en dejarse escuchar, acompañado también por un solo final de guitarra agónico, que se acaba fusionando con los característicos falsettes de Matt para darle un toque épico al final de la melodía.
El riff de guitarra me recuerda, personalmente, a Kashmir (uno de los mejores temas de la historia, dicho sea de paso).

Madness no me dejó frío en la primera escucha, lo siguiente, me dejó congelado.
Ese mu-mu-mu-mad-mad-mad que se oye durante la mayor parte del tema, combinado con una guitarra y batería propias de I Want to Break Free,  me desconcertaba.
Pero la parte final de la canción me deparó una sorpresa, un buen y corto solo de guitarra daba paso a una voz esperanzadora de Matt, que concluía con el clímax vocal I need your love, seguido de un precioso falsette.
Me emocionó hasta erizarme el bello corporal. A día de hoy aún lo sigue haciendo.

Panic Station es un tema totalmente Red Hot Chili Peppers, el bajo de Chris Wostenholme así lo corrobora. Un buen tema, dinámico, con un pegadizo estribillo. Incluye un animado solo de guitarra que se fusiona con un último estribillo, conduciendo al tema a un enérgico final.

Prelude, una melodía orquestal de a penas un minuto en la que se escucha -¡por fin!- el piano, es una introducción a Survival, la canción oficial de los Juegos Olímpicos de 2012. Para mí, el temazo del LP.
Los coros iniciales son acompañados por tímidas notas de piano, para dar paso a una convencida voz de Matt, que expresa una motivación y ambición por ganar.
Poco a poco la melodía va en aumento hasta que la guitarra eléctrica y voz se desatan, recordando así esa épica tan lograda y peculiar de Muse.
No recuerdo un tema tan bueno para unos Juegos Olímpicos desde Barcelona '92.

En Follow Me, con una melodía ochentera muy propia del Synth pop, el sintetizador deja escuchar tímidamente el sonido espacial que destacó a Muse en Origin Of Symmetry. Por otro lado, el estribillo adquiere una melodía más electrónica, con una voz potente. El tema concluye con unos coros finales que recuerdan claramente a U2.

Animals es una composición exquisita, una auténtica joya. Con un sonido similar a Massive Attack a través del sintetizador, la letra expresa el odio a los altos cargos del gobierno, un asunto que a Muse le gusta incorporar a las letras de sus canciones. Dom Howard, a través de su batería, se mezcla con un virtuoso solo de guitarra para dar paso a un desenlace más enfático. Para esta canción Muse ha lanzado un concurso que te permite hacer el videoclip.

Explorers es un tema tranquilo y estable, sin apenas sobresaltos, con una dulce voz acompañando toda la canción. La letra aboga por defender el medio ambiente y crítica duramente el monopolio industrial de las grandes empresas.

Big Freeze es otra de mis canciones favoritas del álbum. Un tema con gran afinidad a U2.
El estribillo es de los mejores del disco; secundado en todo momento por coros, la voz y guitarra de Bellamy se muestran duras y convincentes.

El bajista de la banda, Chris Wostenholme, abarca todo el protagonismo de las siguientes dos canciones, Save Me y Liquid State, pues las canta él. Un hecho insólito en el grupo.
Save Me es más calmada y constante, mientras Liquid State se distingue por tener un sonido más estridente, con una melodía más activa y emprendedora.
Punto en contra aquí para Muse, pues si es difícil encontrar actualmente una voz comparable a la de Matt en todo el mundo, más difícil es encontrarla dentro de la banda. Aún así, buena intentona.

The 2nd Law: Unsustainable es otro tema que puede hacerte estallar la cabeza en su primera escucha. Y otro tema que puede ponerte la piel de gallina según avanza.
La canción empieza totalmente orquestal, recordando el rock sinfónico de las Exogenesis de The Resistance. La voz distorsionada de una mujer se suma al poco tiempo, hasta estallar en un sonido  dubstep totalmente Skrillex. Sonido que no me gusta para nada, pero al César lo que es del César: Muse no hace dubstep a ordenador, lo hace con instrumentos. 
El dubstep se fusiona con la orquestación, dando paso a un espléndido coro de Matt que solo describir ya me pone el bello de punta. Quién me iba a decir a mí que me iba a emocionar con música de robots.

Finalmente, The 2nd Law: Isolated System. Un tema instrumental, que representa el apocalípsis. Como se puede apreciar en el videoclip, un grupo de supervivientes huye de una ola informática que está acabando con todo. El fin de la humanidad, y del álbum.

Queridos Muse, no es vuestro mejor disco. Pero nos vemos en el Estadi Olímpic Lluís Companys. 7'5/10.


Comments (0)

Publicar un comentario